domingo, 8 de marzo de 2009

Si el Marianismo imperante no hubiera llevado el tradicional déficit de neuronas y pelotas de la ejecutiva del PP a sus más altas cotas, se les habría ocurrido como cortar el nudo gordiano de las elecciones vascas en un minuto. Pero la imaginación nunca ha sido una nota distintiva de nuestros políticos y menos de los de la derecha. Es tan sencillo cómo ofrecer un pacto conjunto para gobernar en coalición en Galicia y el País Vasco.
Hemos ganado con mayoría absoluta en Galicia, ¿no? Pues fíjate si somos generosos, si nos preocupa la constitucionalidad en la gobernación del territorio, fíjate si somos responsables; que aunque no nos hace falta, os ofrecemos un par de consellerias gallegas a cambio de un par de consejerías de la lehendakaritza (que tiene nombre de baile regional syldavo. Por cierto, a mí lo de lehendakari siempre me ha sonado a bacilo peligroso –“tiene una infección de “lehendakariis contagiosus”-).
Y así gobernamos en coalición con un gobierno fuerte en Galicia y el País Vasco. El problema es que para ofrecer un cambio de paradigma como ese hay que trabajar mucho, ser flexible, tener prioridades claras, etc..; cualidades que no abundan en la clase política.
¿Qué se conseguiría con esa oferta de pacto?
1. Consolidar la democracia y el sistema, que es de lo que se trata ¿o no?


2. Un gobierno com mayoría holgada en el País Vasco, que es imprescindible para la ingente tarea de “desnazificación” que se le presentaría a cualquier gobierno “Post Peneuve”.
3. Dejar a ZP completamente fuera de juego. O cambia completamente de estrategia y acepta el pacto; con lo que su tenaza al PP pasaría a mejor vida. O lo rechaza y queda al descubierto cómo lo que es:

un enemigo de la nación española. Veríamos a ver si algo se le movía dentro del partido, si por su oposición, se pierde la posibilidad de entrar en dos gobiernos. Pero es que además si acepta; perdería los apoyos del PNV y BNG en el parlamento de Madrid; y si no acepta también. ¿Por qué? Porque después de tener una opción cierta de gobernar en el País Vasco con mayoría; y de participar en el gobierno gallego de regalo y chiripa; y rechazarlo; ZP se vería obligado a apoyar a Pachi López para lehendakari en minoría. Al menos, el premio de consolación.
4. ¿Y el PNV? Se vería forzado a acercarse a EA (lo que siempre le ha causado problemas internos a posteriori); pero sobre todo se quedaría completamente fuera del reparto de la tarta institucional. Veríamos entonces, cómo reaccionarían los abertzales ante un PNV que ya no puede comprarlos con subvenciones y prebendas. Estoy convencido que todos los txakurras se morderían entre ellos.
5. ¿No se quejan tanto de que UPD les puede quitar votos? Pues de esta manera se devaluaría su posible situación de bisagra. En ese escenario no hacen falta bisagras.
6. Pero es que además, las sinergias políticas serían numerosas. En Cataluña, el gobierno Nacionalsocialista imperante quedaría como una antigualla exótica propia de un pasado oscuro. Seguro que aparecería rampante una corriente del PSC contraria al pacto con los nacionalistas.

2 Comments:

  1. Fin de los Tiempos said...
    Yo soy más partidario de dejar que el PSOE gobierne en minoría en la CAV. Que Pachi López lo hace bien, se le apoya. Que tiene ramalazo nacionalista, se le vota en contra. Porque mucho me temo que en algunos temas vaya a ser un Montilla más...
    Anónimo said...
    Una solución de este estilo supondría una altura de miras que está a años luz de cualquiera de los políticos actuales. Ahora están muy preocupados en salvar el culete y ponerlo al abrigo de un buen sillón en un despacho de un organismo público. Hay que tener mucha visión de estado para proponer y aceptar algo así. Me da algo de miedo la solución PSE-PSOE+PP en País Vasco, cualquier pelea o roce, será muy hábilmente aprovechado por el PNV para adaptarlo a su estrategia victimista. Juan Miguel

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