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Que el sr. Benach alias “Gadgeto-móvil” encuentre normal instalarse gadgets tales cómo un reposapiés en su auto oficial, no es (únicamente) un caso flagrante de corrupción y mal uso de los fondos públicos. Vemos que no es un caso único, ni mucho menos. Más bien parece que hay unanimidad a la hora de tirar la manteca al techo comprando coches oficiales. ¿Corruptos? Puede ser. Pero sobre todo CURSIS. Porque hemos montado (bueno, yo no, ni usted tampoco, amable lector) un engendro de administración territorial que esta abocada a la cursilería. Y al despilfarro. Porque en el fondo, una autonomía, si no se dedica a legislar y gestionar contenidos autogenerados (lenguas vernáculas, señas identitarias y demás), o tiene transferidas competencias tipo art. 151, (Osakidetzas y demás); es una administración intermedia y redundante en la mayoría de los casos. Con mucho dinero (porque eso sí, la pasta gansa si la tienen transferida) y mucho tiempo libre, el diablo autonómico se dedica a matar moscas con el rabo.
¿Soluciones? Ninguna buena.
O dar marcha atrás, delimitando más restrictivamente el contenido institucional de las CC.AA. (¿es necesario que Logroño –perdón La Rioja- , tenga 3 poderes con una estructura administrativa a su servicio?).
O huir hacia delante y profundizar en el modelo federal de estado. Sería darle gasolina a los nacionalistas-pirómanos para que terminaran de incendiar España a su gusto.
Así pues, mientras sólo se dediquen a tunear coches y comprarse caprichos de muerto de hambre, podemos darnos con un canto en los dientes; que digo, en los dientísimos.